A principios de este año descubrí una pequeña joya editorial, El mundo es mi casa. En aquel momento tenía que hacer algunos regalos y busqué los ejemplares que quedaban de este libro por tierra, mar y aire (truco, para eso es muy muy útil la página de la asociación de librerías independientes www.todostuslibros.com que además ahora te permite también comprar online, de nada) porque sabía que era un acierto seguro. Me fascina este libro que, en realidad, no tenemos (somos seres humanos llenos de contradicciones, jajajajajaja). Y el problema era que llevaba tiempo sin imprimirse. Problema resuelto porque Zahorí Books lo ha reeditado con una versión actualizada.
En tiempos convulsos en los que a veces pretenden hacernos creer que el mundo no es un hogar para todas y todos, es un auténtico placer recorrer con detenimiento las páginas de esta joya. A medio camino entre el álbum de no ficción y la obra de arte, este libro nos presenta a lo largo de sus 96 páginas las historias de niños y niñas de todo el mundo acompañadas de unas deliciosas ilustraciones.
Descubrirán algunas de las tradiciones de Asia, África, América, Europa y Oceanía, además de curiosidades, los alimentos más típicos de cada país o algunos de sus datos geográficos.
Tal y como indica la editorial en su web, en realidad, el formato de este delicioso álbum se aproxima en cierta forma al de un documental plasmado en papel en el que diferentes protagonistas infantiles nos hacen llegar su realidad diaria, desde la hora de levantarse hasta la cena, pasando por algunos de los momentos más significativos de sus rutinas y rituales.
De la mano de niños y niñas como Beata, de Suecia; Connor, de Australia; Elinmundur, de Islandia; Lana, desde Nueva York; Lakshmi, en la India; Guillermo, desde México o Leonie, desde Francia, vamos desgranando curiosidades y datos que nos aproximan a rincones de todo el continente en un lenguaje muy asequible para niños y niñas a partir de, más o menos unos 6 años.
Pero, en mi opinión, lo que convierte a este peculiar álbum en una rara avis es la forma en que las ilustraciones de Karine Daisay dialogan con el texto de Maïa Brami. De dos en dos (doble página de texto, frente a doble página de ilustración). En particular, me enamora el estilo gráfico de la autora, con dobles páginas que podríamos extraer por parejas y enmarcar rodeando todo nuestro cuarto, puesto que se aproximan a grandes obras de arte de la pintura francesa.
La autora utiliza también collages que contribuyen a la idea de multiculturalidad, pluralidad y diversidad que habita el mundo. Me gustan también muchísimo sus recursos ricos y diversos para transformar el retrato de cada niña o niña en un espejo de su cultura y su país introduciendo en él diferentes referentes culturales o paisajísticos.
Este libro será el primero de mi particular calendario de adviento librero. Este año, tanto a través del blog como de mis redes sociales (si no tengo tiempo suficiente para recogerlo por aquí, os dejaré una mini reseña en facebook y en Instagram) os hablaré cada día de un libro extraordinario diferente.
Quiero aportar ideas diversas y de calidad para enriquecer vuestra biblioteca familiar u orientar vuestras próximas visitas a la biblioteca.