El aburrimiento puede ser revolucionario… Revolucionemos el mundo… aburrámonos!!!! Porque todos los que tenéis hijos mayores de 4 años aproximadamente seguramente estaréis cansados de oír día sí y tarde también (mucho más ahora en verano) aquello de “me aburroooo”. Los padres del siglo XX solían respondernos con algo del tipo de “pues juega, que tienes muchos juguetes” o “sal a la calle”. Los padres del siglo XXI tenemos un abanico de respuestas más amplio que puede incluír, en muchos casos, una búsqueda desesperada de actividades que pase por pinterest, una tablet, o una planificación de excursiones con actividades variadas…
Hoy os traigo esta propuesta innovadora y revolucionaria: que se aburran, que pasen por esa experiencia para descubrir nuevos mundos. No nos hemos vuelto locas, sólo somos un poco #DelReves, pero, ya sabéis que no somos especialistas en nada, y si aprendices de todo, vamos informándonos, estudiando, escuchando y a estas alturas lo tenemos muy claro: aburrirse puede ser algo muy positivo y es, en cualquier caso, una experiencia por la que deben pasar todos los niños.
Cuando decimos aburrirse, no nos referimos a que ignoréis a vuestros hijos, por supuesto, ni a que no planifiquéis nunca nada con ellos. No se trata de eso, sino de permitir que, de vez en cuando, se enfrenten a espacios de tiempo no estructurados, a que se olviden de esas agendas en las que hoy hay pintura, mañana inglés, el sábado tenis y el domingo vamos a comer con la familia. Enfrentarse a las horas muertas puede ser un reto brutal para ellos y es, sin lugar a dudas, el caldo de cultivo idóneo para aprender. Para que ellos aprendan sobre sí mismos, su cuerpo, su entorno, para que reflexionen (sí, seguimos sin estar locas, un peque de 4 años reflexiona, y mucho), para que inventen nuevas formas de divertirse o, incluso, para que descubran su auténtica pasión en esta vida. Es en esos momentos cuando pintan en el primer papel que se encuentran, construyen un xilófono con unos palos o llegan a sus propias conclusiones sobre las leyes de la física.
El aburrimiento es un buen caldo de cultivo para descubrir tu auténtica pasión
Si recordáis el proyecto Imagine Elephants, sobre la importancia del juego libre sobre el que ya os hablamos hace unas semanas ataréis cabos rapidito. Tiempo libre, espacio, pasión… el juego libre, sin entornos estructurados y sin indicaciones es un elemento fundamental en la vida y en la construcción de la personalidad de cualquier ser humano. La auténtica creatividad necesita aire para respirar!!
¿Nunca te has inventado un juego absurdo que nadie más entendía y con el que disfrutabas horas y horas? ¿No has transformado los geles y champús del baño de tus abuelos en fórmulas químicas insospechadas? ¿No has vendido piedras que encontrabas en el parque? ¿Ni las has usado como ingrediente en una receta que acabas de inventarte?
Déjales enfrentarse a esos ratitos animándoles a explorar el mundo que les rodea y a experimentar. Si estáis en casa, prepara el entorno para que encuentren cosas que no sean peligrosas con las que jugar o inventar. Si estáis fuera, simplemente, anímales a transformarse en esos auténticos exploradores (a pequeña o gran escala) que todo niño o niña lleva en su interior. Las ideas geniales siempre nos llegan en esos ratitos de ocio y desconexión, recuérdalo.
Piensa un segundo, cuando eres muy pequeño (menos de 4 años, más o menos) ni sabes lo que es el término «aburrimiento», todo te parece tan nuevo, hay tanto que descubrir. No podemos perder ese impulso, esas ganas de investigar y planificándolo todo, estructurándolo todo estamos coartando, sin pretenderlo, esas ansias.
Nancy H Blakey, es madre, educadora y autora de cinco libros sobre creatividad en los peques. Anótate estas frases para inspirarte en esos momentos de “aburrimiento” infantil: «prevé el tiempo gastado en televisión y actividades organizadas y déjales en cambio gastarlo en apelar a su imaginación. Si una cosa no puede ser imaginada primero (una tarta, una relación, una cura para el SIDA…), no podrá existir. La vida está unida a lo que podemos imaginar. No puedo sembrar la imaginación en mis hijos. Puedo, sin embargo, proveerles de un entrono donde su creatividad no signifique otro desastre que limpiar sino la evidencia de una exitosa lucha contra el aburrimiento. Es posible que el aburrimiento nos entregue la mejor parte de nosotros mismos, la que desea el riesgo, la iluminación y la belleza indescriptible. Si nos quedamos sentados quietos el tiempo suficiente, podremos oír la llamada escondida detrás del aburrimiento. Con práctica, podremos tener la imaginación suficiente para salir del vacío y contestar.»
Y, ya de paso, aplícate el cuento, el verano es el momento idóneo para apagar el despertador, buscar las musarañas que andan perdidas por algún rincón de tu salón, o aprovechar ese ratito de “trasnoche” veraniego para mirar al mar o simplemente darle al botón de off y no nos referimos a que te plantes delante de la pantalla de la tele o el smartphone, no. Repetimos, dale al botón de “off” sólo 10 minutos tu cabecita te lo agradecerá.